En el marco de la reciente Feria de Semillas, la sabiduría ancestral de la subregión Mam, se manifestó vívidamente con un elemento central de la profunda conexión espiritual con la tierra, evidenciada con actos de reverencia como la inclinación del rostro y arrodillarse para orar al llegar al terreno. Practica compartida por quienes visitaban y por quienes cultivan impulsando la diversidad de semillas, esto se realiza en agradecimiento y para bendecir la tierra antes de cualquier labor como también de la cosecha. Además, se destacó la cuidadosa selección de semillas, donde se elegían los mejores granos de las mejores plantas, para así mantenerlas en los espacios donde resguardaban las variedades criollas y nativas. Otro conocimiento ancestral vital compartido se establece en la guía por los ciclos lunares para determinar los momentos óptimos de siembra y otras labores agrícolas, reconociendo la influencia de la luna en el crecimiento de las plantas.
La constante reverencia hacia la tierra responde a una cosmovisión ancestral donde la naturaleza simplemente no es vista como un recurso, sino como entidad viva y sagrada que proporciona el sustento. Esto radica en una relación histórica y espiritual con el territorio, que fomenta el respeto con gratitud. Desde enfoques como la agroecología y a un abordaje interdisciplinario entre la naturaleza y la cultura, donde se reconoce la validez y la sostenibilidad de las practicas ancestrales con el manejo de los recursos. Esta concepción se diferencia con modelos productivistas que en ocasiones desvinculan la producción agrícola de sus dimensiones culturales y espirituales, generando impactos negativos en el ambiente y en la salud.
Para fortalecer y promover estos valiosos conocimientos ancestrales, se impulsa a nivel comunitario y regional, contribuyendo a defender la soberanía alimentaria desde una perspectiva culturalmente apropiada, en la construcción de sistemas alimentarios más justos y sostenibles. La inclusión de estas prácticas podría fomentar un modelo de desarrollo que respete los conocimientos ancestrales como pilares fundamentales para la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad.
El aporte de ASERJUS a esta acción, brinda acompañamiento legal y técnico a las comunidades para la protección y el reconocimiento de sus conocimientos ancestrales y sus prácticas agrícolas. Además, facilita el intercambio de experiencias con otras comunidades y organizaciones que trabajan en la valoración de saberes ancestrales.
Esta actividad fue posible gracias al apoyo de la Red Nacional por la Defensa de la Soberanía Alimentaria en Guatemala (REDSAG) y Asociación Comunitaria para el Desarrollo ASERJUS.



