Vigencia de la educación popular y sus desafíos en la construcción de sujetos y proyecto político aglutinador

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Vigencia de la educación popular y sus desafíos en la construcción de sujetos y proyecto político aglutinador

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La pregunta ¿es correcto hablar de educación popular en tiempos de paz? Nos provocó y motivo a compartir algunas ideas, reflexiones y aprendizajes que hemos obtenido en los espacios de dialogo y construcción colectiva del conocimiento de los que somos parte. En principio quisiéramos preguntar ¿consideran ustedes que en Mesoamérica estamos viviendo tiempos de paz y ha cesado la guerra?

 

Algunos datos de nuestro contexto:

“La formación política sólo gana fuerza en la medida en que se entrega a la labor de clarificación de las conciencias, para que las personas se asocien, se movilicen y se organicen para transformar el mundo”

Paulo Freire.

En Guatemala el 29 de diciembre de 1996 se firmaron los acuerdos de paz que se negociaron entre el Gobierno de la República de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-, para alcanzar soluciones pacíficas a los principales problemas que generó los 36 años de guerra interna que dejó un saldo de 200.000 muertos, 45.000 desaparecidos, un millón de desplazados internos, y miles viudas y huérfanos. Durante el gobierno del general Efraín Ríos Montt, hay un momento en el que el 42% de las personas asesinadas eran mujeres, es decir, población civil, desarmada, no combatiente. Asimismo, la Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH), estima que más de 100.000 mujeres fueron violadas durante el conflicto armado; muchas de ellas permanecieron durante años en situación de esclavitud doméstica y sexual. La impunidad de estos delitos, a la fecha, es del 100%. En general los acuerdos de paz no han tenido grandes avances sobre todo en relación a: los derechos de los pueblos indígenas; el acuerdo sobre aspectos socioeconómicos y situación agraria, el fortalecimiento del poder civil y función del ejército en una sociedad democrática.

En Guatemala de enero a noviembre del año 2013 se registraron 5,616 homicidios, según informe del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), de estos homicidios aproximadamente 800 son mujeres. Más del 80 por ciento de los crímenes que se registran en son cometidos con armas de fuego. Guatemala cuenta con aproximadamente 25 mil agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), y hay entre 100 mil y 150 mil agentes de seguridad privada no se tiene el dato real ya que hay empresas de seguridad privada que no están registradas pero si operan.

A esto se suma la militarización de las comunidades. Según la agencia guatemalteca de noticias el Gobierno Patriota en los últimos dos años ha instalado 12 destacamentos militares y han colocado en las estructuras e instancias gubernamentales, militares para mantener el sistema de exclusión existente que trata de desestructurar los movimientos sociales y limitan el desarrollo de los procesos organizativos y de resistencia de las comunidades, reprimiéndolas hasta llegar a situaciones como la masacre de la cumbre de Alaska.

Recientemente en el periódico se publica que el gobierno y empresarios integran un Comité de Crisis, la función principal de este grupo bilateral es intervenir al momento que el Presidente deba tomar decisiones importantes, ante situaciones de la sociedad que puedan generar problemas o crisis, y que en su momento se vean como peligro de conflictividad. Principalmente, este Comité hará recomendaciones directas al presidente, tratando temas de minería, hidroeléctricas, posesión de tierras, seguridad ciudadana, así como, temas sociales, económicos y comunitarios que se han convertido en focos de conflicto. Además hace una semana se tuvo la visita del secretario de defensa de los Estados Unidos Chuck Hagel, el cual visito Zacapa para revisar la misión “Más allá de los horizontes”, un programa que incluye construcción de escuelas, centros de salud y jornadas médicas. Hagel es el responsable directo de toda la maquinaria de guerra y es el cuarto al mando de los Estados Unidos. Se especula que la visita viene acompañada de una solicitud para crear una base militar de Estados Unidos en el país con el pretexto del combate al narcotráfico. Todo esto sugiere mayor persecución, criminalización y represión contra las comunidades que están defendiendo la vida, el territorio y su soberanía.

Aunado a ello según la FAO de los 15 millones de Guatemaltecos 4 millones 600 mil sufren de subnutrición o hambre crónica (30.5% de la población). A causa de la concentración de la tierra en pocas manos (el 80% de tierras cultivables se encuentra en manos del 2%), el 70% de estas tierras se utilizan para sembrar palma africana, caña de azúcar y hule. Un ejemplo concreto es el caso del Polochic en donde la familia Widman Berger se apropia de todo el territorio y desaloja violentamente a las comunidades que han vivido en ese territorio por varios siglos para instalar el ingenio azucarero Chabil Utzaj, en marzo del 2011, 800 familias fueron desalojadas, asesinaron a 4 campesino, hirieron a varias personas y varios líderes están perseguidos judicialmente, les destruyeron sus casas y quemaron sus cultivos. A nivel nacional se reportaron en el 2013, 116 niños muertos por desnutrición.

El informe circunstanciado 2013 de la institución del Procurador de los Derechos Humanos PDH, revela el mapa de conflictividad nacional y destaca los focos de mayor tensión, señalando como origen de los mismos, las actividades de empresas transnacionales dedicadas a la exploración, extracción y explotación de metales preciosos, níquel, minerales, petróleo y gas también sostiene que proyectos hidroeléctricos o de transporte de la electicidad, son motivos que alteran la paz, armonía y tranquilidad debido a que favorecen, promueven, extienden y encienden los focos de conflicto social. Actualmente están registrados 1,370 conflictos agrarios, 285 licencias de explotación de metales y no metales, 17 proyectos hidroeléctricos.

Según los datos ofrecidos por la Unidad de defensores de derechos humanos UDEFEGUA, en el año 2011 hubieron 480 ataques contra defensores de derechos humanos; mientras en 2013 fueron alrededor de 600 ataques en su mayoría contra defensores que están luchando por el territorio.

Además las comunidades urbanas y rurales de Guatemala viven cotidianamente diversos problemas que son producto del nuevo modelo de acumulación por despojo, lo cual se evidencia en la concentración de los recursos para la producción en pocas manos (tierra, capital, tecnología, conocimiento), esta es la principal causa de la pobreza y el establecimiento de una fuerza de trabajo explotada y dependiente, lo cual afecta y cambia la forma de organización y reproducción de la vida material y espiritual de las comunidades y que ahora se agudizan con la invasión a los territorios comunitarios por la minería, las hidroeléctricas, las petroleras y las productoras de agro combustibles.

El despojo y el incremento en la concentración de la tierra, se convierte en la principal política de los gobiernos que lejos de ver el cumplimiento de los acuerdos de paz, fortalecen el racismo y la discriminación hacia los pueblos indígenas, manteniendo la imposición, el colonialismo interno, la explotación. El partido gobernante de ex militares y poderes oligárquicos crea condiciones favorables a la inversión extranjera, a cambio de utilidades y ganancias que ellos mismos concentran, reprimiendo y criminalizando la resistencia popular.

El sistema judicial ha politizado la administración de justicia, pues favorece a los poderosos y condena la lucha de las organizaciones indígenas y populares, basándose en mecanismos de exclusión y defensa de sus intereses, vedando el acceso a la justicia para la mayoría de la población y estableciendo barreras al ejerció de los derechos ciudadanos fundamentales.

Las mujeres mestiza/ladinas y especialmente las mujeres indígenas, sufren la opresión étnica, de clase y de género y además viven la subordinación, la discriminación y la exclusión desde sus hogares y sus propias comunidades y en todos los demás ámbitos, lo que dificulta su incorporación real y su participación plena en condiciones de igualdad en la toma de decisiones en los procesos sociales, económicos y políticos, invisibilizando sus demandas y aportes.

Vigencia de la educación popular:

“Concebimos la Educación Popular como proceso permanente, visible en las opciones de vida cotidiana de las personas y organizaciones. Es por ello que intencionamos aplicar la concepción metodológica dialéctica en todo el que hacer de nuestra organización: el acompañamiento organizativo, talleres, encuentros, sistematizaciones, asesorías, publicaciones, comunicación”. SERJUS

Es por ello que ante este contexto de explotación no solo del ser humano, sino también de la Madre Tierra, la opresión, exclusión, injusticia, desigualdad y represión que se vive actualmente en las comunidades, sigue vigente la concepción metodológica dialéctica de la educación popular, la cual busca elevar los niveles de conciencia y construir sujetos políticos trasformadores, que partan de su realidad concreta, sus concepciones, cosmovisión, principios, valores, intereses, experiencias, prácticas, historia, contexto, etc., para luego hacer una reflexión crítica de la misma, que permita confrontar la practica con el acumulado teórico existente y así develar las causas reales de la problemáticas actuales generando conciencia crítica que se concrete en una nueva práctica es decir aplicar los nuevos conocimientos en la práctica personal y organizativa que permita mejorar las estrategias, recrear las ideas y construir nuevas relaciones de poder y nuevas formas de hacer las cosas.

La relación practica – teoría – práctica facilita el dialogo de saberes y el encuentro entre comunidades y organizaciones populares y sociales, además contribuye a superar la división, atomización, desarticulación, desconfianza, rivalidad, jerarquización, verticalismo que aún persisten en las comunidades y organizaciones y que son producto del colonialismo permanente y el despojo recurrente que hemos vivido los pueblos.

Algunos elementos fundamentales que le dan vigencia a la educación popular son: lectura y crítica e indignada del orden social hegemónico. Intencionalidad emancipadora hacia la construcción de sociedades que superen las injusticias, dominaciones, exclusiones e inequidades. Contribución a la construcción de sujetos políticos transformadores con conciencia crítica.

Desde SERJUS, venimos acompañando un proceso de reconstrucción y fortalecimiento de comunidades urbanas y rurales y su articulación entre ellas y los demás movimientos populares y sociales, desde lo municipal hasta lo nacional. El acompañamiento tiene varias fases y aportes que se fortalecen con la formación política metodológica de sujetos colectivos por medio de un sistema de escuelas de educación popular que abarca diferentes ámbitos y niveles.

Con ello se da sentido a los esfuerzos por construir la unidad en la diversidad, recuperando y retomando la cosmovisión y las formas culturales e históricas de organización Maya originaria, que plantea una concepción sistémica de organización social, económica y política que se concreta en una Propuesta de Organización Participativa desde la comunidad, en la que se entrecruzan articulaciones territoriales y sectoriales, como en un tejido o petate que en idioma Maya se le da el nombre de POP. Es un sistema que respeta y fortalece la diversidad y promueve su unidad y complementariedad en un punto de encuentro que puede ser un proyecto político aglutinador, que vaya desde la comunidad, a lo municipal, lo departamental, lo nacional hasta llegar a lo internacional.

El sistema de escuela de formación político pedagógica de educación popular surge desde el año 2004 para complementar los procesos organizativos acompañados. La intención es fortalecer el trabajo organizativo y el accionar de las comunidades y organizaciones populares en la articulación y coordinación que permita ir construyendo un sujeto comunitario y popular y un proyecto político que unifique.

En el caminar de esta experiencia se han recuperado elementos fundamentales de la cosmovisión de los pueblos originarios, que con su concepción sistémica del universo nos permite recuperar la conciencia cósmica, conciencia de que el universo es un sistema de sistemas, en el cual todos estamos relacionados como sujetos, debiendo aportar desde nuestra individualidad y debiendo ser fortalecidos en la misma por los demás. Todo es un hecho integral. Nada está aislado de la secuencia de la vida, cada acto tiene una relación e integración. Esta forma de pensar da respuestas coherentes a los problemas actuales. Cada vez más las comunidades y organizaciones están recuperando los principios y practicas ancestrales, para ir reconstituyendo los pueblos, desde el “paradigma comunitario” que significa vivir en comunidad, en hermandad, y especialmente en complementariedad, comprendiendo que en la vida todo está interconectado, es interdependiente y está interrelacionado. Con esta concepción se busca compartir sin competir, vivir en armonía entre las personas y con la naturaleza.

En el proceso formativo hemos recuperado varios elementos, principios y practicas ancestrales como por ejemplo: el Kab’awil el cual es un símbolo que representa la dinámica entre la mirada corta y la mirada larga, entre el pasado y el futuro, entre lo micro y lo macro. Significa la integralidad y también la colectividad, tan necesaria en todos los procesos, ya que como comunidades y organizaciones que buscamos la construcción del buen vivir es necesario responder tanto a lo inmediato como a lo estratégico, es decir hay que responder a necesidades inmediatas que nos vayan encaminando hacia nuestro proyecto político. Pero esto no lo puede lograr solo una persona, una organización o un país, es necesario construir colectivamente y complementarnos para construir la unidad desde la diversidad.

Un elemento importante dentro del proceso que impulsamos es recuperar la mística y la militancia revolucionaria, que busque substituir el sistema capitalista, abolir su forma de producción, pero también cambiar las ideas y prácticas de la sociedad que reproducen el patriarcado, la violencia, el racismo, la división, el caudillismo, el autoritarismo, el verticalismo y la jerarquización en las relaciones. Es por ello que también desde los principios y practicas ancestrales hemos ido recuperando el sentido de autoridad como servicio a la comunidad que desde los pueblos Mayas es el Aj patan, el cual se desarrolla dentro de un sistema de cargos donde todos tienen una función que se complementa con las y los demás.

Desde el sistema de escuelas de formación política pedagógica se ha propiciado la recuperación crítica de la cosmovisión Maya, la cristiana y la Marxista, además se ha recuperado la mirada de las mujeres con la intencionalidad de ir construyendo un proyecto político aglutinador que actualmente ha ido incorporando las siguientes reivindicaciones: la reconstitución de los pueblos indígenas y ladinos, la defensa del territorio y administración de justicia comunitaria, la seguridad y soberanía alimentaria, la reconstrucción y defensa de economías locales autodependientes, la democracia en género y no violencia contra la mujer y la refundación hacia un Estado plurinacional con justicia y equidad.

 

Desafíos en la construcción de sujetos y proyecto político aglutinador

“Comprendemos que no se hace la formación solo en las escuelas, seminarios,
talleres, sino que además necesitamos organizar y movilizar”.
Algunas ideas para la formación política en América

Es importante recuperar de la educación popular sus diferentes dimensiones, la dimensión ética que se fundamenta en la defensa de la vida, la dimensión política que busca construir y acumular poder desde las comunidades, la dimensión pedagógica que busca construir sujeto político plural y diverso capaz de transformar la realidad, la dimensión metodológica la cual es coherente con todo el planteamiento de transformación y para ello hace uso de métodos, técnicas y materiales que faciliten el dialogo de saberes y la construcción colectiva del conocimiento. Todo esto tiene sentido si está vinculado a procesos concretos de organización, unidad, resistencias y lucha de los movimientos comunitarios, sociales y populares. Es en las luchas concretas donde se genera conciencia crítica y conciencia revolucionaria.

La construcción del proyecto político, para que sea realmente aglutinador, debe iniciarse desde las misma comunidades, urbanas y rurales, y de sus organizaciones, partiendo de sus propias realidades y concepciones, de sus propias visiones y culturas, para ello es necesario recuperar o crear espacios de encuentro y dialogo que permitan recuperar el conocimiento acumulado, una visión crítica y trasformadora de la realidad, que impulse la unidad y la complementariedad de las diversidades para ir fortaleciendo en todos los ámbitos un proceso de reconstitución de los pueblos y la refundación del Estado.

Los procesos de educación popular deben buscar el fortalecimiento de las capacidades políticas y metodológicas de los diversos sujetos politicos. Seguimos creyendo que tenemos que buscar dentro de nuestros pueblos, desde sus comunidades que aún persisten, las fuerzas y las experiencias que permitan la reconstrucción del tejido social y buscar los elementos que pueden ayudarles a potenciarse con toda su riqueza organizativa, histórica y cultural.

Construir la unidad en la diversidad en torno a un proyecto político que nos unifique y que concreten las tan necesarias articulaciones y alianzas tanto a nivel territorial como a nivel sectorial, en todos los niveles desde lo comunitario a lo internacional, como un factor clave para la resistencia y la generación de poder desde las comunidades, constituidas como sujeto político plural y diverso que impulsen las transformaciones que el país necesita y que avancen hacia el proyecto político.

Construir nuevas relaciones de poder contrarias a las que impone el sistema opresor colonialista, capitalista y patriarcal, rompiendo con la jerarquización, verticalismo, autoritarismo tanto en lo micro como en lo macro; en lo privado como en lo público.

Que los procesos formativos desde el planteamiento de la educación popular prioricen y fortalezcan a las comunidades y organizaciones que se encuentran en resistencia y lucha en la defensa de la vida y el territorio y la soberanía alimentaria.

Es necesario que las organizaciones y movimientos construyamos nuestras estrategias de comunicación popular que nos permita generar conciencia crítica y pensamiento político-ideológico más amplio que fortalezca la organización comunitaria, sus coordinaciones, propuestas y movilización en defensa de la vida y sus derechos.

Pensarse procesos formativos en educación popular que sean permanentes para militantes, cuadros y dirigentes.

Vilma Judith Sor Chile
Mujer, Maya Kaqchiquel
Educadora Popular
Estudios de licenciatura en psicología en la Universidad de San Carlos de Guatemala Coordinadora del subprograma del Sistema de Escuelas político pedagógicas en Educación Popular. SERJUS 

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